Thursday, March 19, 2009

CON LOS PIES EN EL CIELO

Mi vida cambió cuando aprendí a volar. Desde el cielo, todo se ve diferente. Los edificios, las personas y las casas se vuelven más pequeños. Los sueños se hacen más grandes.Volar es muy parecido a caminar: puedes mirar hacia arriba o puedes mirar hacia abajo, pero siempre es preferible dirigir la mirada hacia adelante. Solo hay que dejarse llevar e intentar mantener el equilibrio. Para ello es aconsejable abrir bien los brazos y no dejarse llevar por la emoción cuando el cuerpo experimente la sensación de ingravidez. A partir de ahí, lo mejor es rezar. No, te rias, no. Olvidarte de Dios no es aconsejable.....simplemente rezar... No importa que no sepas que decir. Lo importante es dejarse llevar. Hay que rezar con el corazón, no con el bolsillo. Sólo así podrás sentir la tranquilidad que da oler un trozo de nube o acariciar el suelo con las manos sin apoyar los pies. Déjate llevar. Sólo así aprenderás a volar. Sólo así cambiará tu vida...
P.D: Ahora tengo los pies en el cielo y la cabeza en las nubes. Hay quien me critica por ello. Pero no me importa. Volar es una experiencia maravillosa.

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